El Gobierno se tomará este fin de semana para pulir los anuncios que el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, hará el próximo lunes y que contempla un aumento de las retenciones para la soja, la vuelta de su aplicación para el trigo, el maíz y el girasol, y la obligatoriedad de que lo vendido se liquide en el país y en el plazo de un año.
Además, Dujovne estudia un recorte del 20% en los cargos jerárquicos del Gobierno, y si bien no habrá reducción en el número de ministerios, como propusieron Horacio Rodríguez Larreta, y María Eugenia Vidal, algunos de estas carteras pasarán a ser “testimoniales” a partir del escaso presupuesto que recibirán.
Sobre esto último, el insistente reclamo del ala interna que integran el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, Larreta y Vidal, siempre tuvo la oposición del jefe de Gabinete, Marcos Peña, porque en términos presupuestarios el gasto no es significativo.
Fuentes oficiales aseguran que todas las medidas citadas líneas arriba “tienen un alto consenso” con el PJ no kirchnerista, porque es el Gobierno Nacional el que se carga el costo del ajuste, y reconocen que si bien esto “no está en el ADN del PRO; es dar un paso atrás” con la rebaja de impuesto, que había prometido y ejecutado el presidente Mauricio Macri cuando comenzó su mandato, cuando “la situación del país y del mundo era otra”.
Ayer, Macri aprovechó que la jornada fue más tranquila para analizar medidas fiscales con su equipo económico en Olivos. En la quinta presidencial estuvieron el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y sus vicejefes Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, el ministro Dujovne, los ministros Rogelio Frigerio (del Interior) y Jorge Triaca (de Trabajo), y la vicepresidenta Gabriela Michetti.
Por la presión de los gobernadores y del peronismo, las principales medidas económicas que se evalúan apuntan al ingreso de las arcas para equilibrar parte del déficit. Por eso, se asegura que se reestablecerán las retenciones a las exportaciones del campo y de otros sectores, como la minería, y que se suspenderá el esquema de rebajas en algunos impuestos.
Esto no sólo equivaldría a posponer la reforma tributaria acordada en diciembre pasado, sino también un costo político importante, sobre todo los primeros sectores económicos beneficiados por el macrismo apenas asumió el poder.
Cuando asumió Macri a fines de 2015, “el déficit fiscal se pagaba con deuda barata que se tomaba en el exterior, a la espera de que el crecimiento económico licuara esa deuda y el déficit fiscal”, pero desde abril con la guerra comercial a nivel mundial, y la sequía en el plano local, “no hubo más ingreso de capitales, y ahora hay que pagar lo que se debe, y achicar el gasto corriente”; por eso la suba de la carga impositiva, dejó trascender un funcionario macrista.
¿Un 10%?
“Lo que está en estudio es elevar las retenciones 10 puntos porcentuales” para los principales cuatro cultivos, por lo que que el girasol, el trigo y el maíz, pasarán tributar el 10%, y la soja el 35%.
Pero además “las exportadoras deberán liquidar en el país, y en el término de un año, los dólares que les ingresen”, dando marcha atrás con una medida de total liberalidad que había dispuesto el anterior presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger.
“Sabemos lo que es dar marcha atrás con los dichos de Macri, que dijo que ningún país del mundo le pone retenciones a las exportaciones, pero también sabemos que en ningún país del mundo su moneda se devalúa 30% en una semana”, deslizó el funcionario.